lunes, 17 de marzo de 2014

Elementos de la vivienda

* El vestíbulo, pasos y circulaciones.

El vestíbulo, la entrada, es el primer espacio con el que nos encontramos al penetrar en una vivienda.
El vestíbulo es un espacio que tiene un estatuto muy peculiar, no puede decirse que se pase mucho tiempo en él, pero sí que se trata de un tiempo muy significativo. El visitante se introduce en el núcleo interno de la casa después de una parada en la entrada, y es también en ésta donde nos despedimos. Estos actos de entrar y salir forman parte de un ritual sólidamente anclado en las costumbres.

Los elementos que caracterizan la entrada tienen dos tipos de funcionalidad. Por un lado, manifestar que existe un " paso " entre dos estados opuestos, entre dos tipos de situación, dentro y fuera, y, por otro lado, "simbolizar" mediante elementos ornamentales un determinado estilo de vida y unas costumbres de despedida y recepción.

Elementos que habitualmente participan en el vestíbulo.

1. Puerta de entrada, entendida como frontera y protección entre interior y exterior.
2. Perchero o armario guardarropa. Resuelve la colocación de la ropa de abrigo, de uso exterior.
3. Espejo. Con frecuencia de cuerpo entero, permite situarse respecto a uno mismo y a los demás una nueva actitud, según se entre o se salga.
4. Asiento indeterminado, a veces un sillón otras una banqueta, pensado para posarse unos instantes o depositar objetos momentáneamente.
5. Flores o plantas. Aunque sean artificiales, son una representación simbólica de ritos sociales, generalmente asociados a la bienvenida.

* La cocina.

La cocina es una parte de la vivienda que se considera semiprivada, pues lo más normal es que sólo entren en ella los que viven en la casa y los más allegados.
La cocina está totalmente orientada a las comidas y a lo que rodea esta actividad, lo cual coloca en un primer plano el aspecto técnico: debe permitir resolver de modo práctico y efectivo el tema de la alimentación. La cocina-horno y el frigorífico son indispensables, así como la despensa y el fregadero. Todo ello debe funcionar correctamente. Hay también que tener en cuenta la mesa de la cocina. Ésta, con frecuencia se convierte en uno de los elementos más importantes y, es el menos determinado funcionalmente. Es el único elemento claramente polifuncional, además de servir para la preparación de los alimentos, muchas familias prefieren hacer algunas comidas en la cocina, si ésta es lo bastante grande. En ocasiones también se convierte en lugar de reunión.

* El cuarto de baño.

La funcionalidad de los elementos sanitarios (lavabo, bidé, ducha, inodoro) y los complementarios (espejo, iluminación, etc.) resulta evidente a partir de la propia necesidad de higiene, pero el proceso de individualización de las estancias hace que también ésta incorpore cierto grado de personalización.

* Las habitaciones privadas.

Son el espacio privado de alguno o algunos de los residentes de la vivienda. Por ello, su funcionamiento variará según el tipo de ocupante.

- Habitación principal.

Consiste en la habitación privada del propietario o de los cabezas de familia. Tradicionalmente, es la alcoba conyugal, donde el elemento determinante es la cama de matrimonio, elemento simbólico de la propia vida conyugal. Se trata de un espacio intensamente privado, la habitación más intencionadamente cerrada a lo externo y, sin embargo, la más representativa de las habitaciones, en cuanto a imagen del propio hogar. Incorpora una fuerte dosis de personalización.

- Habitación de los niños.

Pertenece a un dominio muy particular de la percepción, no sólo hace referencia a los niños sino también a una idea de infancia. La personalización se adjudica a unos elementos en principio indeterminados, como son los juguetes, pero que realmente se concretan de manera muy precisa; el oso de peluche, el balón, el caballo basculante,etc. Se trata de ciertos juguetes que, más que para jugar son para dotar de una imagen simbólica el espacio.
Los restantes elementos, como la cama, el armario, los estantes, etc. incorporan una mayor funcionalidad, aunque siempre rodeada por connotaciones de la infancia.

- Habitación de invitados. Despacho doméstico.

Son espacios que solamente se dan en viviendas con pocos habitantes en proporción a su superficie, o viviendas muy grandes. No es el caso más habitual, pero constituyen ejemplos significativos.
Los despachos domésticos son espacios comodín, adaptables a necesidades eventuales pero que se pueden presentar periódicamente. Ello implica cierto grado de despersonalización, respecto a las otras habitaciones, y también una mayor versatilidad. La imagen, a pesar de ser menos individual, está cuidada en vistas al posible visitante.

La habitación de invitados se da con mayor frecuencia en segundas residencias y en viviendas para vacaciones, pues son ocupadas en periodos donde el ritmo de vida es más variable. Adquiere una imagen representativa de la vivienda, haciendo participar a los visitantes del ambiente de la misma.

- Sala de estar y comedor.

A pesar de que, con mucha frecuencia, se unifican en un solo espacio, ambos elementos disponen de sus propias particularidades.

El salón es una habitación de carácter comunitario. Es un lugar de reunión con la familia o con los amigos, en el que son indispensables los asientos. Pero no se trata de una reunión cualquiera sino, marcada por la distensión, el ocio y la recreación. Por ello, los asientos son sillones, que evocan la idea de confort. Se trata de un lugar de recepción donde se charla y "se está", aunque sea en ocio individualmente, y esas son sus principales funciones. El salón muestra la posición social y posibilidades de los residentes frente a los visitantes.

El comedor, es otra de las habitaciones semipúblicas de la vivienda, donde mucha gente puede entrar. Aquí, a pesar de compartir la ostentación del salón, la idea de ocio en general se ve sustituida por la de disfrute de la comida en comunidad. La mesa constituye ahora el centro, concentrando la actividad, y los huéspedes se sientan en sillas, no en sillones, y adoptan una postura menos propicia al relajamiento, tanto por razones de buena educación como de comodidad, pues la mesa es bastante más alta que la del salón. Complementariamente, el mostrador, los cuadros y los adornos refuerzan la imagen del conjunto.

- Zonas de servicio.

Se trata de los espacios servidores, muy especializados y orientados a satisfacer necesidades físicas de los usuarios. Lavadero, trastero, sala de plancha, etc. son estancias muy privadas y muy funcionales, que incorporan pocos elementos ornamentales o superfluos, siempre de poca dimensión. La representatividad, en estos espacios, es prácticamente inexistente, favoreciéndose todo aquello que resulte práctico.


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jueves, 13 de marzo de 2014

De artesanal a industrial.

Imagínese que entra en una tienda de azulejos pensando en escoger uno de los modelos expuestos, con el fin de aplicarlo en un cuarto de baño. No tiene usted una idea predeterminada, por lo que repasa con la mirada los posibles candidatos. Los hay de distintas medidas y colores, incluso con dibujos y distintos acabados.

De pronto, un estante aparte le llama la atención. El aspecto de las muestras es rústico y su acabado irregular, incluso aparece envejecido en algunos de los modelos. Se dará cuenta del precio; en general, y a pesar de su imagen tosca, cuesta tres o cuatro veces más que los otros modelos. Los empleados le sacan de dudas: se trata de unos modelos hechos a mano; es un producto artesanal y, al parecer, es de mayor calidad.

Sin embargo, le asalta una duda razonable. ¿Realmente, la diferencia de calidad es equiparable a la que existe en el precio? Y, suponiendo que el producto artesano sea realmente mejor, ¿hasta qué punto este hecho tiene una repercusión apreciable en su aplicación final, una vez esté colocado? No hay duda de que estas cuestiones invitan a la reflexión. Reflexión que, desde que tuvo lugar la revolución industrial, ha terminado en discusión y, con frecuencia, incluso en polémica.

Esto mismo pasa con la importación, la calidad de artículos importados, nunca será como la calidad de un producto nacional.
Tenedlo en cuenta, si es muy barato, quizá se deba a la calidad que posee.
Muebles importados pueden durar meses. Muebles nacionales...AÑOS!
Que no os engañen.

* Productos industriales.

Actualmente, la oferta disponible de productos y objetos para la vivienda aparece dominada por los de origen industrial. Se trata de un hecho, pero no siempre ha sido así, sino que ha supuesto un largo recorrido. Desde que Josiah Wedgwood (1730-1795) aplicó con éxito las técnicas de producción en serie a la industrialización de vajillas y demás productos de porcelana para el hogar, los objetos producidos por la industria han ido invadiendo de forma progresiva la sociedad. En un principio, no se trató de una cuestión de simple rentabilidad sino más bien de principios.

El texto titulado El análisis de la belleza (1753), de William Hogarth, fue una de las primeras obras que se interesaron por los nuevos productos de consumo, aplicando principios racionales al estudio del arte. Hogarth expuso de forma directa y sencilla el proceso por el cual ciertas formas nos resultan agradables y otras desagradables. Aceptar este principio permitió entender características como la uniformidad y la estandarización, propias de los productos industriales, como una virtud de la que carecían los productos artesanales.

Desde este punto de vista, si unas formas podían ser consideradas bellas para la mayoría de la gente, el hecho de poder garantizarlas mediante la producción en serie permitía evitar las irregularidades, ofreciendo así productos mejores para un mayor número de personas. Un ejemplo de ello lo constituyen las sillas de Michael Thonet. La producción en serie permitió la aparición de este tipo de productos en un gran número de hogares, hasta un punto nunca alcanzado anteriormente.

Esta valoración por la imagen técnica, adaptada a la tecnología existente en cada momento, constituye una postura aún vigente en la actualidad, ambientes nítidos y modernos. Sin embargo, con frecuencia estos ambientes obtenidos mediante productos industriales son considerados fríos e impersonales. Ello ha conducido a distintas reacciones a lo largo del tiempo, acompañadas por una reivindicación de la decoración y de la imagen artesanal en objetos y ambientes.

* Productos artesanales.

Tomando de nuevo el ejemplo sobre azulejos del principio, puede preguntarse: si la pieza artesanal resulta más cara y además es más tosca, entonces, ¿Qué sentido tiene su fabricación? Y, además ¿Quién va a comprarla? De hecho, la supervivencia de los productos elaborados artesanalmente ha sido asociada, en numerosas ocasiones, a una clara oposición hacia los productos industriales y a su impersonal presentación.

Ya en el siglo XIX, cuando se generalizó el proceso de industrialización, algunas personas como William Morris (1834-1896) y John Ruskin (1819-1900) defendieron y divulgaron las virtudes humanas de la imagen artesanal frente a la industrial. Morris destacó en el diseño de papeles pintados con motivos de frutas, flores y animales. Su amor por los detalles naturales le convirtió en el líder espiritual del resurgir del movimiento artesano, después de la revolución industrial. A partir de esa influencia, los productos artesanales se han asociado frecuentemente a un supuesto origen rural.


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martes, 11 de marzo de 2014

Evolución de la vivienda

* Las casas con patio: una tradición mediterránea.

Continuando con los aspectos de la vivienda que han ido evolucionando a través de la historia, llegamos a las viviendas con patio interior.
Esta tipología, cuyos orígenes más conocidos se remontan a las casas con atrio de la antigüedad griega y romana, evoluciona desde los tipos elementales de la casa itálica hasta las viviendas de las ciudades de Pompeya y Herculano, arrasadas por la erupción del Vesubio.

La historia ha demostrado la continuidad existente entre este tipo de edificaciones a lo largo del tiempo, que presentan algunos rasgos característicos: solares de proporciones cuadrangulares, con una o dos plantas, carentes de aberturas a la calle y dotadas de un pórtico cubierto por una galería en su lado interior, a la que dan acceso todas las habitaciones. Construcciones de este tipo son corrientes en los países mediterráneos, incluidas las áreas de cultura musulmana, donde las condiciones climáticas y el contexto social y religioso han facilitado su pervivencia hasta la llegada de las influencias europeas.

* La vivienda en la Edad Media.

Con la aparición en el siglo XI de una nueva clase social, la burguesía, la vivienda sufrió una importante modificación. La burguesía estaba formada por gentes de oficio, artesanos y comerciantes.
La aportación de la burguesía a la transformación de la vivienda consistió principalmente en la utilización de la misma como lugar de trabajo.

En la planta baja se solía ubicar la tienda (o taller en caso de tratarse de un artesano), dónde se ejercía el oficio al mismo tiempo que se atendía a la clientela; en el primer piso había por lo general una sola estancia, donde se desarrollaban las diferentes actividades cotidianas.

En la casa vivían el burgués y su familia, los aprendices del oficio y la servidumbre; todos ellos compartían la vivienda. En este caso, es bastante evidente la falta de intimidad.
Otro aspecto destacable es el mobiliario. En el interior de esta sala había pocos muebles, distribuidos según las necesidades del momento; así, según fuera de día o de noche, el espacio se transformaba de una manera o de otra. El mobiliario solía ser móvil o desmontable, característica que ha pervivido hasta nuestros días en algunas piezas como sillones, camas, mesas, sillas, etc.

¿Sabía que la idea de mobiliario, como elemento doméstico, proviene de esa época? No obstante, algunos elementos tienen su origen en culturas antiguas, como la egipcia.
Utilizar los espacios para distintas funciones implica colocar distintos tipos de mobiliario, y el hecho de tener que moverlo supone diseñarlo mejor, hacerlo más práctico y dúctil.

* La nobleza en la vivienda: El Renacimiento.

Uno de los movimientos que más ha incidido en la cultura mediterránea ha sido el Renacimiento, que corresponde cronológicamente a la época inmediatamente posterior al período medieval. Sus inicios se encuentran en la Italia del siglo XV y su prolongación por toda Europa se efectúo durante el siglo XVI.

Durante este periodo aparecen dos nuevos tipos de vivienda: el palacio urbano y la villa o casa de campo. Uno de los principales arquitectos de estas construcciones fue Andrea Palladio con sus palacios, villas y edificios religiosos.

- La vivienda urbana.

Los clientes de Palladio querían que su palacio fuese una afirmación pública de su fe humanista, de su riqueza y se su posición social. Así pues, sus edificios estaban cargados de ornamentos y delicadezas. Se trata de edificios de varias plantas con una clara diferenciación de usos en cada piso.

La distribución típica del palacio urbano contemplaba la ubicación de los almacenes en la planta baja, de las salas de recepción en el primer piso, de los dormitorios en el segundo, y finalmente, el alojamiento de la servidumbre en el desván.
Muchos de estos palacios tienen pórticos centrales, rematados por frontones y flanqueados por alas muy simples.

El edificio urbano fue concebido para solares estrechos y profundos que daban a calles estrechas, y los ejemplos de mayor tamaño requerían un patio central para la iluminación y la ventilación, similar a los comentados anteriormente.

- La villa o casa de campo.

En el Renacimiento apareció el concepto de la segunda residencia, en el sentido que aún tiene en la actualidad. Las villas eran los palacetes o las casas de campo donde los nobles y señores se retiraban a descansar.

Por lo general, las villas representaban lo mejor de dos mundos, el del agricultor y el del caballero. Esta unión era nueva en la arquitectura renacentista y suponía establecer un nuevo tipo de relación entre el campo y la ciudad.

* Decoración exuberante: Herencia del Barroco.

En la época de transición entre los siglos XVI y XVII, el mueble empezó a convertirse en un elemento fijo de la vivienda: los modelos empezaron a multiplicarse y su tamaño aumentó de forma notable, debido en parte al desarrollo que experimentó la arquitectura en Francia, en tiempos de Luis XIII (1601 - 1643), y su influencia en las monarquías europeas.

A finales del siglo XVI apareció el movimiento Barroco. Para una parte de los historiadores, el Barroco representa una adquisición fundamental que ilumina la historia de las artes y de las ideas desde la época final del Renacimiento hasta la Revolución francesa.

De acuerdo con esta concepción, el Barroco se convierte en la expresión estética de una sociedad profundamente monárquica; su vanidad, su gusto por la grandeza exagerada y su sentido especial para la creación de majestuosas escenografías están destinados a exaltar la gloria del soberano y de su corte.
Sus búsquedas y hallazgos ornamentales testimonian una voluntad que trata de destacar la perfección alcanzada por la clase social dominante.

Bajo estos principios se construyeron numerosas residencias y los castillos que se edificaban en el campo fueron perdiendo definitivamente su aspecto defensivo medieval hasta adquirir la apariencia residencial de palacios.

En su interior comenzó a desarrollarse la distribución de las habitaciones, y se acostumbraba celebrar recepciones en las salas o en las galerías para fiestas. En las mansiones parisienses hizo su aparición el comedor, entendido como estancia destinada únicamente a esta actividad.

Por otro lado, las salas de recepción estaban relativamente poco amuebladas; las comodidades se reservaban para las cámaras o dormitorios y antecámaras, donde se desarrollaba la vida privada, con lo que se convirtieron en confortables y acogedoras dependencias.

La decoración llegó a desempeñar un papel muy importante, y la utilización de tejidos, por lo general de origen italiano, para el revestimiento de muebles se fue haciendo cada vez más frecuente ( es decir la frecuencia de muebles tapizados). Los tapices murales de entonces son un antecedente del papel pintado posterior.

También se enriquecieron las habitaciones de la nobleza y de la burguesía, que se instalaron en los nuevos palacios construidos en la ciudad.
Todo ello dio lugar a una era en la que la decoración desempeñaría un papel muy importante dentro de la vivienda. Cueros grabados o bellas tapicerías cubrieron las paredes, se pintaron los techos y se decoraron los revestimientos, surgieron conjuntos de objetos de orfebrería, estaño, cobre y otros materiales como objetos ornamentales que se exhibían encima de los muebles. Del Barroco nos queda la herencia, en relación al interiorismo doméstico, de la exuberancia de la decoración.


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sábado, 8 de marzo de 2014

La habitación, la estancia: Legado de refugios y cabañas.

> Los refugios.

Desde los orígenes de la humanidad el hombre, como animal que es, ha tenido la necesidad de resguardarse de las inclemencias del tiempo y de las posibles agresiones del resto de especies. Por este hecho, la vivienda propiamente dicha aparece como un elemento básico en las actividades humanas.

En los orígenes de la especie humana se practicaban continuos cambios de residencia y las viviendas eran siempre de carácter temporal, ya que las necesidades primarias, como comer o evitar el frío, exigían un movimiento continuo hacia la búsqueda de mejores condiciones de vida.

Partiendo de esta base, la primera vivienda se limitaba a un espacio cerrado en el que las entradas y las posibles diferenciaciones de espacio eran las impuestas por el propio lugar. Se podrían catalogar dentro de este grupo las cuevas, las primeras cabañas o los refugios hechos con ramas entrelazadas y, por último, las tiendas, construidas con una estructura de ramas recubierta con las pieles de los animales cazados, por regla general con una sola entrada y sin diferenciación de espacios en su interior.

Las tiendas y los refugios tienen en común la facilidad con la que pueden ser habilitados y desmontados; las cuevas, al ser de carácter natural, eran igualmente fáciles de ocupar y desocupar.

> Las cabañas.

Con la evolución del hombre, también evolucionó la manera de vivir y de protegerse. La aparición de la agricultura y la ganadería, por ejemplo, trajo consigo la posibilidad y la necesidad de instalarse en un lugar de manera permanente. Con el cambio de actividades, por tanto, apareció un cambio de necesidades: cocinar,comer, elaborar artesanía, etc. que exigían construir el primer tipo de vivienda.

Por lo general, las primeras viviendas se construyeron de madera, con una sola entrada y un solo espacio en el interior para el desarrollo de actividades. Al principìo hubo diversificación de formas, empezando por las formas redondas, que más tarde evolucionarían hasta la estructura rectangular que hoy conocemos.

De esa idea de cabaña, de refugio, nace la idea de lugar. En las viviendas actuales los muebles se agrupan formando ambientes.


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lunes, 3 de marzo de 2014

Orígenes - Actualidad - Vivienda

Hace mucho tiempo, alguien, en algún lugar, que podríamos situar en un paisaje de África central hace unos 70.000 años, se sintió cansado de caminar. Tal vez viajaba de un lugar a otro o, simplemente, buscaba algo con qué alimentarse; pero, en todo caso, se detuvo a descansar.
Su decisión fue poco premeditada, pero lugar escogido no fue en absoluto casual. Aquel sitio permitía observar de frente a cualquier ser que se aproximara, fuera personal o animal. Podía prever cualquier visita, cualquier ataque, y también observar el paso de alguna posible presa si lo que pretendía era cazar.  Por otro lado, unos salientes en la roca le protegían del viento de la sabana, proporcionándole tranquilidad.

Al rato notó el suelo excesivamente duro y unos matojos cercanos, a modo de cojín, hicieron su reposo más placentero. Era un sitio verdaderamente agradable, y pasó el tiempo. El Sol se había desplazado y su luz le empezó a deslumbrar. Además sintió calor. No lo pensó dos veces, las rocas le ofrecían cobijo y unas ramas del árbol más cercano, que colocó frente a su refugio, le proporcionaron sombra. Cerca encontró comida, unas frutas, y un poco más lejos sació su sed en un riachuelo. Decidió que aquél era un buen lugar para pasar la noche, y permaneció algunos días en él.
Durante un tiempo aquello fue su vivienda, y decidió quedarse allí. Cuando llegaron los demás, terminó de completarlo, mejorándolo constantemente: se había convertido en su hogar.

La idea de hogar, de vivienda, aparece con la decisión de acondicionar un lugar para adecuarlo a las propias necesidades, incluidas las que hacen referencia a aspectos sociales (como la reunión alrededor del fuego) o espirituales (como las decoraciones en las cavernas, por motivos religiosos o rituales). Tales conceptos han llegado a nuestros días, adoptando formas adecuadas cada momento, producto de cada época y lugar.

La vivienda actual, entendida como realidad en la que todos vivimos, es en definitiva producto de una evolución que ha ido madurando y fructificando a lo largo del tiempo. Las viviendas son el reflejo de cómo viven las personas que las habitan, las cuales forman parte de una determinada sociedad.


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